“El fútbol es todo, amor y felicidad”

Entrevista a Mayco Fustamante, un futbolista soñador

Rambo, como lo llaman sus amigos, es un muchacho de veinte años que sueña con llegar resaltar en el fútbol o mejor aun, convertirse en un entrenador y demostrar que de él si se puede vivir con tranquilidad, sin drogas ni alcohol.

¿Cómo inicias oficialmente en el fútbol?

Mi inicio fue cuando iba a jugar un partido amistoso y me propusieron probarme y acepté.  Era el último y dije: “no la hago” pero igual me probé.  Eran solo cinco minutos que me quedaban y cuando entré animaba a  la gente, hasta en una de esas el profe me dijo: “te quedas” y me quedé, emocionado.

¿Cuánto tiempo estuviste ahí?

Una temporada, un año.

¿Qué se requiere para estar en primera y mantenerse ahí?

Mantenerse, nosotros solo necesitábamos ganar o un empate, íbamos 9 - 1 para quedarnos, pero a los cinco minutos nos hacen el gol 2- 1. Se nos fue la oportunidad.

En estos cuatro años ¿Cuál ha sido tu mejor gol?

Tengo dos. Fue un olímpico, justo el aire estaba a mi favor, la pegué y la pelota agarró una curva que se metió. El otro fue en esta temporada, en el primer partido, entré en el segundo tiempo; provoco un penal, recibo un codazo en el ojo, estaba retrasado en media cancha, pero aprovecho que el arquero estaba distraído y la coloco. Quedé con el ojo azul, pero le di la victoria a mi equipo.

Ahora que mencionas lo del aire ¿Crees que el fútbol también es cuestión de suerte?

No, creo que sea cuestión de hacer bien las cosas. Si estás bien, vas a hacer un buen partido; debes estar bien físicamente, no trasnocharte y así estar en un buen físico.

Todos esperamos que el Perú llegue al mundial. ¿Por qué crees que no sucede?

No contamos con jugadores de jerarquía. Solamente tenemos uno o dos. A los jugadores no se les exige mucho, solo le pagan más. Deberían ponerles más atención a los menores porque están más motivados  y así en algún momento, no muy lejano, podamos llegar al mundial.

¿Cuál es tu definición del fútbol en una sola palabra?

Para mí lo es todo, amor y felicidad; entras a  la cancha y te olvidas de todos los problemas que tienes.

Ya que mencionas que el fútbol es todo, ¿Qué lugar toma tu familia?

Un rol muy importante. Siempre me ha gustado que vayan y en la única vez que fueron. Gracias a Dios, pude anotar un golazo y se lo dediqué a mi madre, se podría decir que es mi tercer mejor gol.

¿Qué opina tu familia sobre el fútbol?

Mi hermano me apoya,  pero mi madre no.  Decía: “¿Qué vas a sacar de ahí?”, como que no le gusta, pero desde que me vio, se emocionó y cambió de parecer.

¿Cuál ha sido tu peor lesión?

Dos, la del ojo y la segunda, la columna. Sentí un dolor que no me dejaba jugar. Fue la peor porque dije: “Ya me fregué”, el doctor dijo que tenía inflamada la zona lumbar, así que empecé a  descansar y hasta fui a un huesero. No sé qué me hizo bien, pero ya  pasó.

¿Qué otro objetivo tienes?

Todo va entorno al fútbol. Quiero aprender idiomas.  Mi meta es salir de aquí, ser entrenador de fútbol. Todo se empieza de abajo, como se dice: “Tienes que pagar derecho de piso”, pero felizmente tengo un amigo que me está ayudando y ahora estoy yendo a hacer mis prácticas.

¿A qué jugador admiras?

Messi. Él era una pulguita y nadie lo quería, hasta que demostró como jugaba y creció física y profesionalmente. Lo sigo por su buena estrategia y porque ha dado a entender que por más pequeño que seas igual puedes sobresalir.

Los tiempos cambian. ¿Cuál es tu impresión de los jóvenes de ahora?

A esta edad veo a los chicos muy descuidados.  Deben alimentarse bien,  cuidarse, entrenar pero con un especialista porque muchas veces se lesionan por falta de conocimiento. Noto que se desganan muy fácilmente y no ven hacia adelante, deberían creer en ellos mismos y surgir.

¿Cómo te ves de aquí a diez años?

Ya con mi carrera terminada, con dos o tres idiomas aprendidos, quizá en otro país, hijo a los treinta y cuatro por ahí, con una europea o peruana, es lo de menos, el hecho de conocer a alguien seguramente será maravilloso, no tengo prototipo de mujer.

 ¿A quién le agradeces el lugar que has tomado en el fútbol?

A mi amigo. Él fue quien me llevó jaja y a Dios, porque él me lo puso en el camino para que me diera la mano y me hizo entender que ninguna meta debe quedarse en el aire, todas hay que cumplirlas.

En Asia, inicios de marzo

Escribe Jessica Torres