Entrevista a Marilin Alexandra Herrera Flores trabajadora sexual

¿Como fue tu niñez?
A mí me criaron como si yo tuviera la culpa de todo. Mi papá fue alcohólico. Me decían que yo tenía que servir a un hombre, pertenecer a él y que no tenía derecho a nada por mi condición de ser mujer. Mi padre era muy machista.

¿Qué me cuentas de tú madre?
Ella era una mujer manipulable. Le hacía caso a mi papá en todo, nunca me apoyó. Siempre estuve sola, encima mi padre alcohólico y agresivo.

¿Alguna vez te pegó tu padre? 
Sí, muchas veces y a mi madre también. Venía borracho y nos pegaba sin razón de loco.

¿Cuándo empezaste en la prostitución?
Desde los 17 años. Mi padre me botó de la casa porque había quedado embarazada. Tuve que salir para evitar sus agresiones y proteger mi embarazo. Me convertí en madre soltera y tuve que mantenerme sola.

¿Qué sabes del padre?
Fue mi enamorado. Lo conocí fuera del trabajo, en una reunión. El maldito me embarazó y me dejó completamente sola. No supe nunca más de él y tampoco quisiera saber, estamos mejor sin esa basura de hombre.

¿Qué hiciste entonces? 
Trabajé en una discoteca en La Marina como azafata durante dos meses. Di a luz en el hospital Loayza, en el año 1999, y al año mi hijo se enfermó del estómago y se empezó a deshidratar. Estaba desesperada. No tenía dinero para comprar los medicamentos.

¿Alguien te ayudó?
En la discoteca donde trabajaba conocí a “Papi”. Yo sabía que era “caficho”. Así le llaman a los hombres que contratan y protegen a las prostitutas. Yo estaba como loca por conseguir los medicamentos para mi hijo y me ofreció para trabajar con él y le dije que sí, un poco palteada, pero le dije que sí.

¿Qué sentiste cuando comenzaste a trabajar como prostituta?
Lo que sentí cuando inicié por primera vez fue miedo. Me horroricé de ver a mujeres casi desnudas. Me temblaban las piernas horrible y sudaba frio. Me asusté. Quería irme corriendo y me dije: " ¡No!, ni loca puedo retroceder, tengo que seguir pa'lante". Di media vuelta y salí para la calle. En una noche la hice con 150 lucas, compré los medicamentos y, de milagro, mi chibolo se salvó.

¿Que ingreso mensual tienes? 
Bueno, diarios son 25 soles, al mes serían 750 soles. Depende de la clientela también.

¿Lo hacías solo por necesidad o también te gustaba el tipo de trabajo?
Era muy joven para entenderlo. Yo vivía sola. Tenía que mantener a mi hijo y en ese momento decía que lo hacía por necesidad. Era una chibolita inmadura para entender estas cosas.

¿Te molesta que te digan puta?
Jaja No, para nada toda la gente nos critica. Nos dicen putas pero a nosotras no nos afecta. Allá cada quien con su forma de pensar. "Es más fácil llamar prostituta a alguien que serlo".

¿Cuando una mujer se está iniciando en el trabajo sexual, la animas o le dices que busque otro camino?
Yo la animo a que sea feliz, a que su autoestima suba. La animo a que dé los pasos necesarios para lograr sus objetivos.

¿Te arrepientes de algo?
Me arrepiento de no haber tenido el valor suficiente para reaccionar cuando las personas se aprovecharon de mí y me violentaron. De esa desgracia salió mi fortaleza con la cuál vivo ahora.

¿Alguna vez te enamoraste o empezaste a sentir algo más por un cliente o un cliente por ti? 
Sí, fue un cliente del que me enamoré enseguida. Él parecía que también estaba enamorado de mí, pero no fue así. Me usó y se largó. Nunca más lo volví a ver. Me sentí decepcionada y no quise a volver a saber de nadie por un tiempo.

¿Alguna vez te golpearon? 
Sí, una vez un cliente cabronazo que estaba muy loco, quería seguir gratis y yo me negué. El me empujó contra la cama y empecé a gritar. Él tenía mucha más fuerza que yo. Pero gracias a Dios, mi “Papi” llegó a tiempo para quitármelo de encima.

¿Cuál es el tipo de clientes que te frecuentan más? 
Normalmente son hombres entre 50 y 60 años, todos casados. Puede haber alguna excepción, como algunos jovencitos. Y a veces han venido chicos muy jóvenes.

¿Tienes algún cliente fijo? 
(Risas) Sí, sí. Mira que gracioso. Un señor mayor viene cada noche con su carro. Viene de trabajar y pasa por esta calle, y se para a darme dos besos y solo por eso el hombre me da 20 soles, y estamos un rato hablando y se va. Es un encanto de señor.

¿Eres consciente de las enfermedades que puedes padecer? 
Consciente creo que no. Yo no intento pensar en esos temas. También nos fijamos mucho en los clientes. Si vemos algo raro, nuestro "Papi” no nos deja seguir adelante con la negociación.

¿Alguna vez te has drogado antes de salir a trabajar? 
Me drogaba, tiempo pasado. Después que tuve a mi hijo, dejé la pasta. Bueno, eso era para lo único que me alcanzaba.

¿Qué métodos usas para no adquirir enfermedades? 
Yo normalmente me tomo la píldora, pero los clientes se ponen los condones, porque ellos no se fían de nosotras. Aunque a veces me da mucha cólera, y me gustaría usar los dos condones a la vez, el suyo y el mío. Pero ellos son los que pagan y ellos mandan.

¿Podrías dar una definición breve de la palabra prostitución?
Trabajo como otro cualquiera para ganarse la vida.

¿Qué le dirías a la sociedad que esté en contra de tú trabajo? 
Yo no le diría mucho, allá cada uno. No vale la pena malgastar tiempo por esa gentuza. Sino, que se pongan en nuestro lugar y que nos conozcan personalmente.

¿Podrías explicarme el día laboral de una prostituta? 
Claro. Normalmente tomo mi carro a las 9:30 de la noche y voy hacia la Arequipa, más o menos por la 20 o 22. Allá estamos las que costamos más. Hablo un poco con el jefe de cómo va la noche y sobre las 10pm me pongo a trabajar hasta las 6 de la mañana. Entre cliente y cliente voy hablando con mis amigas. Y suelo tener 14 o 18 relaciones con clientes que duran 20 minutos más o menos. Pero a veces hay excepciones en que los clientes pagan más y hay que estar más tiempo con ellos. A las 6 de la mañana paramos, o hay veces que nos quedamos hasta las 7am, depende de cómo vaya la noche.

Bueno Alexandra muchisimas gracias por la entrevista y encantada de conocerte.

¿Algo más que quieras agregar?
Sí, quisiera decir que "Yo soy una mujer astuta porque sé venderme, la ingenua se concede" y gracias a ti. Tengo que trabajar, Amber.

"Las memorias nunca mueren"

Escribe Amber Minaya